Uber: regulación o libre precio

La semana pasada se dio un fenómeno que deja lecciones interesantes en materia de economía. Es el caso de Uber y los precios que cobra, entre los beneficios que tiene este servicio de transporte son las tarifas bajas, el tiempo de translado y un menor tiempo de espera, así el beneficio era para ambos.

Una de las molestias de los taxis tradicionales, en relación a este tipo de servicios es que no están regulados y que les quita mercado. Como no aprovechar este servicio, si desde el teléfono celular puede contratarse, con autos modernos, choferes amables y con precios más bajos. Estas ventajas se vieron rotas el día miércoles de la semana pasada, la causa es un problema de salud público, lo que aplicaron fue una restricción en la utilización de los automoviles a través del programa no circula que imponía que los autos descanses con dos engomados al dia, las consecuencias económicas fueron simples: aumento la demanda de servicios de transporte [en este caso de Uber] y disminución de la oferta de taxis [se quedaron sin poder circular] como dice la teoría el precio del servicio aumentó. 

La dificultad radicó en que el precio subió hasta 10 veces su valor promedio, lo que se consideró como un abuso por parte de la empresa. La realidad, en términos monetarios, si es un exceso pagar 10 veces más, pero así lo dictó la oferta y la demanda. Derivado de estos hechos la autoridad quiere regular el precio, entonces se abre la pregunta ¿es correcto que se regule a Uber? la respuesta teórica es no, por qué: al ser un fenómeno temporal, de un día, la tarifa regresará a niveles de los dias anteriores. Adicionalmente, la empresa hizo una autoregulación por este fenomeno y lo que aplicará es devolver a los usuarios de ese día una proporción de lo que pagaron. La respuesta política es que la autoridad de la Ciudad de México quiere regular (y posiblemente lo hará) la tarifa, señal que no hemos aprendido del comportamiento entre oferta y demanda, mal haría el gobierno en regular el precio de Uber cuando el fenómeno ya no es permanente, sólo se justificaría si el precio siguiera al alza y eso se convirtiera en un abuso continuo.